Seguramente Suiza te suene como un buen destino para el senderismo en verano y el esquí en invierno. Pero algo que quizá no se te haya pasado por la cabeza: visitar Suiza en otoño, cuando el país está en un momento más tranquilo y pintoresco. Es en otoño cuando los viajes en tren y autobús, las excursiones en barco y las caminatas de todos los niveles muestran los colores del país en su máxima expresión.
Los colores otoñales de Suiza tienden a alcanzar su punto álgido un poco más tarde que en otros lugares, por lo que suele ser mejor visitar el país entre mediados de octubre y principios de noviembre para ver las tonalidades más radiantes. A continuación, te presentamos los mejores paisajes otoñales de Suiza, empezando por el norte y recorriendo el país en el sentido de las agujas del reloj, desde las ciudades lacustres hasta los Alpes suizos.
Cataratas del Rin
En la frontera con Alemania, la cascada más grande de Suiza es una vista espectacular en cualquier época del año, pero sobre todo en otoño, cuando las explosiones de color surgen en los bosques que bordean el río Rin. Para obtener el mejor punto de vista, camina a lo largo del río desde las cataratas hasta Rheinau, un bonito pueblo con un espectacular monasterio benedictino barroco, que merece una parada por sí mismo.
Zúrich
Probablemente conozcas Zúrich por sus bancos y su chocolate, pero quizá no sepas que también ofrece magníficas vistas desde su propia montaña. En el lado oeste del lago de Zúrich, se encuentra el monte Üetliberg, un pico de 660 metros de altura desde el que no solo se pueden contemplar magníficas vistas de la propia Zúrich, sino también una panorámica de las montañas vecinas de Albis y los Alpes suizos. Los colores suelen estar en su máximo esplendor entre mediados y finales de octubre, y para obtener una vista aún mejor, sigue el sendero Planet Trail de dos horas hacia Felsenegg, vislumbrando todos los colores brillantes por el camino.
Scuol & Tarasp
En la región suiza de los Grisones, principalmente de habla alemana, el pueblo de Scuol alberga bonitas casas de la Engadina cubiertas de esgrafiado -una antigua técnica artística que utiliza capas de color- y relajantes baños termales. También es el punto de partida de un precioso paisaje otoñal en las montañas de la Engadina, especialmente para ver los alerces que cubren las empinadas laderas de esta zona. Tras un breve viaje en autobús hasta la vecina Tarasp, se puede hacer una excursión por los lagos de montaña rodeados de impresionantes colores y, a continuación, llegar al castillo de Tarasp. El renombrado artista suizo Not Vital es el propietario de esta imponente estructura del siglo XI, que ahora alberga exposiciones de arte contemporáneo; inscríbete en las visitas guiadas por adelantado en Internet.
El lago de Sils cerca de St. Moritz
Viaja al sureste de Scuol hacia la legendaria ciudad de vacaciones de invierno de St. Moritz. Aunque pasear por el lago y mirar los escaparates de las fabulosas tiendas de la ciudad son formas estupendas de pasar la tarde, vete un poco más al sur, al lago de Sils, para ver unos colores otoñales realmente asombrosos. Para ver los alerces amarillos de forma sencilla, pasea alrededor del lago. O para disfrutar de unas vistas aún mejores, aunque más difíciles de alcanzar, recorre el sendero panorámico que va de Maloja a Soglio. Te maravillarás con los picos de las montañas mezclados con los árboles que se tornan de un magnífico color amarillo. Es el otoño en Suiza.
Ascona
En el lado noroeste del Lago Mayor, que se extiende entre Suiza e Italia, se encuentra Ascona, la ciudad más baja del país. Además de su encantador paseo lacustre, con sus acogedores cafés y su iglesia del siglo XVI, Ascona cuenta con un sendero panorámico a través de los bosques hasta el Monte Verità, que ofrece maravillosas vistas del lago y de su colorido follaje. Dado que la ciudad, en la región de habla italiana del Tesino, está tan al sur, las hojas no suelen cambiar hasta finales de octubre, así que planifica en consecuencia para evitar decepciones.
Zermatt & Riffelalp
Si viajas al noroeste de Ascona, te encontrarás en una de las estaciones de invierno más conocidas (y concurridas) de Suiza: Zermatt. Escápese de las multitudes con un tren de cremallera de 15 minutos -el tren de montaña Gornergrat- hacia el sur hasta el encantador Riffelalp. Para ver los maravillosos alerces amarillos, sigue un camino escénico desde Riffelalp hacia Sunnegga. Mientras disfrutas del otoño en Suiza, pasarás por tres encantadores lagos. Si prefieres el tren a la caminata, asegúrate de visitarlo antes de mediados de octubre, cuando muchos trenes desde Zermatt dejan de funcionar.
Riederalp & Aletsch Forest
En la región del Alto Valais, en Suiza, se encuentra Riederalp, una bonita ciudad turística sin coches. Desde aquí se pueden ver los picos de los Alpes del Valais (el Cervino y el Dom) y el mayor glaciar de los Alpes, el glaciar Aletsch. Además, en otoño, detente aquí para ver algunos de los colores otoñales más bonitos de Suiza haciendo senderismo por la Reserva Forestal de Aletsch. Los alerces dorados llenan este bosque de montaña, y sus tonos amarillos pueden ser impresionantes, pero asegúrate de programar bien tu visita, ya que esta zona del sur de Suiza a veces no alcanza su máximo color hasta principios de noviembre.
Interlaken & Lake Thun
La ciudad turística de Interlaken, en la región suiza del Oberland bernés, se encuentra entre el lago de Thun y el de Brienz. Aunque ambos lagos tienen su encanto, el lago de Thun, al oeste de Interlaken, alberga más viñedos, especialmente en la ciudad de Spiez y sus alrededores. Algunos de ellos están plantados incluso a 2.133 pies sobre el nivel del mar. En otoño, las hojas se tiñen de maravillosos tonos amarillos, naranjas y rojos. Puedes coger un barco para rodear el lago y contemplar los colores de las hojas y los bosques más allá. A lo largo del trayecto, verás castillos y pueblos medievales; bájate y explora lo que más te llame la atención. El viaje completo alrededor del lago dura unas dos horas.
Sion & Balavaux
Haute-Nendaz es una de las ciudades más antiguas de Suiza. Foto: Shutterstock
Al oeste de Sion, una de las ciudades más antiguas de Suiza y capital de la región del Valais, se encuentra Haute-Nendaz, punto de partida del teleférico que lleva al monte Tracouet. En la cima de la montaña, a 2.000 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el hermoso lago Tracouet, también llamado “lago negro” por sus colores profundos y oscuros. Desde aquí, tienes dos opciones: subir a la Dent de Nendaz, desde donde podrás disfrutar de unas amplias vistas de los Alpes berneses y el valle del Ródano, o bajar a Alp Balavaux, donde verás algunos de los alerces más grandes y antiguos de Europa; algunos tienen hasta 800 años. Para ver sus agujas doradas y brillantes, planifica tu visita a partir de mediados de octubre.
Gruyères
En la región suiza de Friburgo, la seductora ciudad de Gruyères no es solo por su queso homónimo (aunque, por supuesto, hay que darse un capricho mientras se está aquí). Los visitantes otoñales se quedarán boquiabiertos ante el colorido de las hojas de los bosques de las colinas que rodean Gruyères. La cima de la ciudad ofrece unas vistas fascinantes del follaje otoñal suizo, junto con los Prealpes que asoman por detrás. Por si fuera poco, la encantadora plaza principal de Gruyères, los edificios tradicionales y el castillo del siglo XIII merecen una visita. Además, el otoño es el momento perfecto para disfrutar de la famosa fondue de esta encantadora ciudad.
Lavaux Vineyards
Estas laderas en terrazas de la región suiza de Vaud ofrecen una ventaja adicional además de la observación de las hojas: deliciosos vinos. Los viñedos de Lavaux, entre Lausana y Montreux, son las mayores regiones continuas de viñedos de Suiza y se extienden a lo largo de 30 km por la orilla norte del lago Léman (lago de Ginebra). Para ver los colores en su máximo esplendor, recorre las Terrasses de Lavaux, un sendero fácil que va de St. Saphorin a Lutry, atravesando directamente los viñedos con algunas paradas en pueblos encantadores por el camino. O, si prefieres una excursión más tranquila, prueba el adorable tren Lavaux Express (que funciona hasta finales de octubre, perfecto para ver los colores otoñales), que sigue una serie de rutas panorámicas justo al lado de las vides. Si puedes, aparta los ojos del paisaje para probar algunas de las deliciosas cosechas locales, especialmente chasselas y pinot noir.
The Three Lakes
El Jura Crest Trail es uno de los senderos de larga distancia más populares de Suiza, con un total de casi 200 millas. Pero si no dispones de tanto tiempo, puedes recorrer pequeños tramos de esta zona de la región del Jura suizo para ver los colores rojos y naranjas de los arces sicomoros cada otoño. Prueba a hacer una excursión circular desde Vue des Alpes, donde podrás contemplar el monte Chasseral en la distancia. O sal de la ruta un poco más al norte para subir en funicular a Le Chaumont, donde disfrutarás de las vistas de los Tres Lagos (lago de Neuchâtel, lago de Biel y lago de Murten). Entre mediados y finales de octubre es la mejor época para ver los colores del otoño en Suiza en su máxima expresión.
Bern & Bütschelegg
Berna, la capital de Suiza, es un lugar divertido para visitar, con un animado casco antiguo del siglo XII, imponentes edificios del Parlamento suizo, una torre del reloj del siglo XIV y multitud de tiendas interesantes. Aunque no verás mucho follaje otoñal en la propia ciudad, a solo 12 millas al sur de Berna encontrarás Bütschelegg, donde hay rutas de senderismo en las que encontrarás hojas de muchos colores. Mientras paseas entre los árboles, detente en un mirador para contemplar las encantadoras vistas de los bosques dorados hasta el lago de Thun.
Aargau Jurapark
En la región suiza de Argovia, no lejos de la frontera alemana entre los ríos Aare y Rin, los bosques de hayas se tiñen de un maravilloso color amarillo cada otoño en Suiza. Al subir por las colinas del Jurapark, también se vislumbran vistas de los Alpes suizos, e incluso de la Selva Negra en Alemania. Finalmente, llegarás a Aarau, una ciudad conocida por los hermosos frontones pintados de sus casas, que datan del siglo XVI. Si visitas la ciudad a mediados de octubre, tendrás más posibilidades de ver el fabuloso follaje otoñal de Suiza.