Lisboa contiene la riqueza histórica propia de una capital, aunque no siempre ha sido la capital de Portugal. Foto: Filiz Elaerts/Unsplash

Antiguas y nuevas capitales europeas

Descubre por qué vale la pena visitar las actuales y las antiguas capitales europeas

by Lisa Davidsson Weiertz

Fuera lo viejo, dentro lo nuevo. El mapa del mundo se redibuja constantemente y hay muchas razones por las que cambian las capitales. Las reestructuraciones gubernamentales, las guerras y la caída de los imperios han contribuido a que algunos países sustituyan su capital por otra. Incluso hoy las capitales europeas podrían cambiar si se dan unas determinadas condiciones.

Independientemente de cómo ocurra, las capitales, nuevas y antiguas, merecen un detour. Nos hemos adentrado en cómo la historia ha dado forma a estas grandes ciudades y hemos comparado las nuevas y antiguas capitales de varios países. Desde las soleadas Turquía y Portugal hasta Alemania y Polonia, en su día devastadas por la guerra, pasando por esa Suecia cargada de bosques, destacamos el atractivo de estas metrópolis.

De Bonn a Berlín

¿Sabías que Berlín ha sido dos veces capital de Alemania? Primero fue capital de Prusia y luego de una Alemania unida hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país se separó en dos: la Oriental y la Occidental. Bonn se convirtió entonces en la capital y permaneció así hasta la caída del Muro de Berlín en 1989, devolviendo el poder a la ciudad oriental al año siguiente. Bonn, con sus 320.000 habitantes, sigue siendo hoy la segunda capital de Alemania. 

Berlin
Bonn

Bonn es una ciudad de las artes y rinde frecuentes homenajes a Beethoven, su hijo predilecto. También es una de las ciudades más antiguas del país, asentada sobre el río Rin y que alberga una gran cantidad de museos de arte.

Con una población que supera los 3,5 millones de habitantes, Berlín es conocida por su aura “pobre pero sexy” y su ambiente de fiesta relajado gracias a Kreuzberg y Neukölln, ambos enclaves hipsters. Con un pie en el pasado y otro en el futuro, su dinámica escena de startups y de inmigrantes sigue convirtiéndola en uno de los destinos turísticos más atractivos de Europa. 

Edirne, Turkey, to Ankara, Turkey

La histórica ciudad de Edirne, en el noroeste de Turquía, fue capital durante los 600 años del Imperio Otomano. Cuando cayó en 1922, surgió la República de Turquía y Ankara se convirtió en la capital del país.

Edirne
Ankara

Ankara cuenta con una bulliciosa población de 3,6 millones de habitantes. La ciudad es conocida por sus impresionantes monumentos históricos y su cultura, con una Ópera Estatal que ofrece también teatro y ballet. Esta ciudad costera presume además de un marisco exquisito. Yelken Balik sirve un excelente pescado a la parrilla con variedades de meze calientes y frías.

Edirne en cambio es más discreta, pero sigue teniendo mucho que ofrecer. La atraviesa el río Maritsa, cruzado por puentes de arco de la época otomana. Edirne también cuenta con obras maestras de la arquitectura islámica, como la espectacular mezquita Selimiye, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, decorada con minaretes y una fuente de abluciones que data de 1575. Visita la Gran Sinagoga, de color amarillo brillante, que se reabrió en 2016 como homenaje a la antigua comunidad judía sefardí de la ciudad.

De Coimbra a Lisboa

Lisbon es un destino turístico muy apreciado, pero no siempre ha sido la capital de Portugal. Coimbra (centro medieval de Portugal) se convirtió en capital en el siglo X. Con una media de 500.000 habitantes cada una, Coimbra y Lisboa son similares en tamaño de población y se parecen estéticamente, con sus típicas casas de colores pastel construidas sobre las cimas de sus colinas. 

Coimbra

Coimbra sigue siendo el epicentro del país y alberga su universidad más antigua. La ciudad estudiantil ofrece muchas instituciones culturales así como animados cafés, monasterios donde reina la calma y fortificaciones moriscas.

Lisboa se ganó el puesto de capital en 1255 gracias a su ubicación junto al río Tajo. Cuando la corte se trasladó a esta ciudad costera y montañosa, una capital rica y colorida tomó forma dentro de sus murallas moras, incluyendo el aún vigente y laberíntico barrio de Alfama. Disfruta de vistas históricas desde los tranvías amarillos y tómate algo en los bares retro y los encantadores cafés revestidos de azulejos que encontrarás. Además, puedes visitar fácilmente Coimbra en una excursión de un día desde la capital actual y disfrutar de ambas durante tu estancia en Portugal.

De Cracovia a Varsovia

Cracovia fue nombrada capital de Polonia por primera vez en 1038 y permaneció así durante 500 años hasta que el rey Segismundo III Vasa trasladó el poder a Varsovia. Posteriormente, muchas otras ciudades fueron nombradas capitales, pero desde que terminó la Segunda Guerra Mundial en 1945, Varsovia se ha mantenido como la capital hasta hoy. La ciudad se ha convertido en la meca de la cultura alternativa, de los cafés de moda y de la cocina innovadora. Los intelectuales beben vodka cerca de tesoros de la arquitectura neoclásica con un colorido casco antiguo como telón de fondo.

Warsaw

Cracovia es conocida por sus edificios góticos y barrocos, así como por su animado barrio Stare Miasto. Con una magnífica mezcla de clubes nocturnos y actividades al aire libre, la ciudad también tiene un lado tenebroso, marcado por las cicatrices de la guerra. Desde aquí se puede visitar la fábrica de Oskar Schindler y el cercano Auschwitz para aprender más sobre el Holocausto.

Krákow

De Uppsala a Estocolmo

La capital de Suecia, Estocolmo, es conocida por sus restaurantes y tiendas de diseño chic escandinavo, pero no siempre ha albergado la sede del poder del país. Hace más de mil años, los reyes suecos paganos gobernaban desde la cercana Uppsala, ya que esta ciudad era más accesible en barco. Además era considerado un lugar de culto, que contaba con innumerables e impresionantes iglesias que siguen en pie hoy en día. Visita uno de los imponentes  castillos y para en alguna de sus muchas cafeterías acogedoras para probar su famoso fika con un fuerte café sueco.

Stockholm

Estocolmo se convirtió oficialmente en la capital de Suecia en 1436, pero no fue hasta 1523 cuando el rey Gustavo Vasa liberó la ciudad de los daneses y la convirtió verdaderamente y a todos los efectos en la capital de Suecia. Los aficionados a la historia pueden visitar el museo Vasa para ver el barco Vasa recuperado que se hundió durante su viaje inaugural en 1628. Aquellos que sientan la misma curiosidad por ambas ciudades pueden incluir fácilmente a Uppsala en su itinerario desde Estocolmo, ya que la ahora popular ciudad estudiantil se encuentra a un corto trayecto en tren de la actual capital.