¿Te sientes observado? El Cristo Rey de Lisboa te cubre las espaldas. Foto: EyeEm

Las mejores cosas que ver en Lisboa

Edificios coloridos, restaurantes de alta calidad y barrios llenos de energía creativa, ¿es Lisboa la mejor ciudad de Europa?

by Peter Frank

Comida. Diseño. Historia. Ocio nocturno. Comida. Playas. ¿Hemos mencionado ya la comida? Lisboa tiene mucho que ofrecer a todos sus visitantes, y, sin embargo, a pesar de tener más de 3.000 años de antigüedad, parece que las calles de la capital de Portugal están todavía en sus primeras etapas. Todo esto se traduce en una falta de pretensión, precios bajos y en pocas posibilidades de convertirse en una ciudad con exceso de turismo en un futuro próximo. Durante tu viaje te será sencillo evitar a la multitud mientras visitas las impresionantes catedrales góticas de Lisboa o mientras degustas algunos de sus deliciosos manjares, como los pasteles de nata, que podrás degustar mientras te bebes una copa de su famoso vinho verde en algún lugar cercano al río Tajo.

Las mejores cosas que ver en Lisboa
Cerca de la orilla del Tajo, destaca la Praça do Comércio. Foto: Peter Frank


Lisboa es también relativamente compacta, por lo que te será sencillo recorrerla al completo, siempre y cuando no tengas inconvenientes con las colinas. La ciudad tiene 7 de ellas, desde donde hay unas estupendas vistas panorámicas, aunque también tendrás que dar algunos paseos cuesta arriba (pero siempre puedes optar por uno de los numerosos tranvías disponibles). Asegúrate de reservar tiempo para visitar la Alfama, el barrio más antiguo de la ciudad, donde sus estrechas calles te llevarán a sus castillos centenarios y unos magníficos miradores, en los que podrás disfrutar de unas tremendas vistas mientras tomas algo en alguna de sus cafeterías animadas. Otra de las visitas obligadas es Belém, un barrio histórico situado en las orillas del río lleno de monumentos, museos e impresionantes iglesias. No olvides visitar los barrios menos conocidos, allí es donde se encuentran los auténticos encantos de esta ciudad. Fachadas cubiertas de azulejos descoloridos, melancólicos sonidos de fado que emergen de los oscuros bares o una antigua tienda de latas coloridas de sardinas, son solo algunos de los ejemplos del joven espíritu emprendedor de esta ciudad llena de una increíble energía creativa.

Lisboa

Dónde comer

La comida en Lisboa no es pretenciosa, se centra en los ingredientes y se deja guiar por la tradición, aunque no está limitada por ello. El pescado es la piedra angular de la mayoría de platos, sobre todo el tradicional bacalao. Los platos de carne pueden ser un poco fuertes, sobre todo si se toman a la hora de cenar. Planea acostarte pronto si pides un cocido, un abundante guiso con chorizo, patatas, judías y verduras. Sin embargo, también se puede encontrar otro tipo de cocina gracias a los jóvenes chefs locales que se están consolidando en la ciudad, que se esfuerzan en destacar el gran producto portugués de manera diferente, desde los delicados berberechos o el cerdo a la alentejana, hasta los deliciosos vinos de las regiones del Dão y del Duero.

El Time Out Market, situado cerca de la orilla del río en Cais do Sodré, es un lugar ideal para familiarizarse con los sabores de Lisboa. La famosa revista ha reunido bajo el mismo techo a algunos de los mejores proveedores de la ciudad. Allí podrás probar el delicioso jamón de la emblemática Manteigaria Silva, el marisco fresco de los expertos de la Marisqueira Azul o el bacalao escalfado en aceite de oliva en Pap’Açôrda. El restaurante Prado puede que esté escondido entre las viejas calles de Alfama, pero las comidas de su menú son decididamente contemporáneas, pequeñas raciones que cambian según la estacionalidad, ideales para compartir: hojas de repollo con capas de suero de queso de cabra, costillas de ternera de barrosã, todo acompañado de vinos de la tierra. Si quieres probar algo más tradicional, visita la Cervejaria Ramiro, un bar de marisco y cerveza con muchos platos fresco, la mayoría a precio por kilo, desde tiernos langostinos tigre empapados en mantequilla, hasta percebes salados.

Uno de los bocados más famosos de Lisboa son los pasteles de nata, un pequeño pastelito que se come en dos mordiscos, relleno de una deliciosa crema espolvoreada con canela. Estos dulces fueron inventados hace siglos por los monjes del Monasterio de los Jerónimos de Belém, lugar donde te aconsejamos probarlos. También puedes probar una buena versión de ellos en la Manteigaira, una pequeña tienda situada al lado de la histórica plaza Luís de Camões, en Chiado. Por tan solo 1 €, se puede ver como se hacen los pasteles, que se finalizan con una capa de azúcar quemado que cruje cuando con el primer mordisco.

Qué hacer

Nuestro enfoque en los monumentos y sitios históricos de Lisboa no pretende restar importancia a otras actividades que valen la pena, como las compras o la vida nocturna. Sería un error no pasar una noche en los bares de Bairro Alto, escuchando fados en la Alfama, o viendo los talleres de la Fábrica LX o las tiendas de Principe Real. Pero la belleza de Lisboa es tan asombrosa que las personas que la visitan por primera vez no pueden dejar de visitar sus sitios principales. Sus colores pastel y amplios panoramas son ideales para Instagram.

Una de las razones por las que Lisboa es tremendamente bella es la cohesión de su arquitectura. Grandes plazas, amplias avenidas y edificios neoclásicos de color pastel con tejados de tejas rojas o fachadas cubiertas de azulejos blancos y azules. Hay una trágica razón por la que han conseguido esta armonía visual: en el año 1755 un terremoto arrasó con la ciudad, destruyendo el 85 % de sus edificios. A pesar de la desgracia, esto les dio la oportunidad de comenzar desde cero. Puedes ver los resultados de la reconstrucción en el barrio de la Baixa, y especialmente en la Plaza del Comercio, la enorme plaza principal rodeada de edificios amarillos y el Tajo, con una gran estatua ecuestre en el centro.

Afortunadamente, algunas de las estructuras más exquisitas de Lisboa sobrevivieron al terremoto, incluyendo el altísimo monasterio de los Jerónimos y su vecina cercana, la torre de Belém, una elaborada de las obras maestras de estilo manuelino (gótico tardío portugués), que aún conserva todos sus detalles. Si todo esto te deja con ganas de más, puedes visitar el Museo Nacional de Carruajes, que tiene una fantástica colección de este antiguo medio de transporte. En la Alfama podrás retroceder en el tiempo dando un paseo por las pequeñas calles y plazas del barrio moro. Aquí descubrirás los arcos románicos de la Catedral de Lisboa (Sé de Lisboa), construida en 1147, y el aún más antiguo Castillo de San Jorge, cuyas primeras fortificaciones datan del siglo I a. C.; podrás subir a la cima de sus torres almenadas (mucho más jóvenes, ya que fueron construidas en el siglo XIV) para tener una vista digna de un monarca de la ciudad.

Dónde dormir

A Casa das Janelas com Vista

La creatividad portuguesa no solo se ha extendido a su gastronomía y sus tiendas. En Lisboa encontrarás una serie de hoteles boutique independientes entre los que podrás elegir, alguno de ellos situados en edificios históricos decorados con los tradicionales azulejos blancos y azules de su fachada. Por ejemplo, la Casa das Janelas com Vista es un adorable hostal regentado por una familia, situado en el Bairro Alto, justo al pie de la calle Principe Real, donde se encuentran las mejores tiendas y restaurantes de la ciudad. Su sala de estar comunitaria está adornada con coloridos muebles de mediados de siglo, al igual que sus 12 habitaciones, algunas de ellas con unas vistas espectaculares.

LX Boutique Hotel

El LX Boutique Hotel, localizado muy cerca del Time Out Market en el barrio de Cais do Sodré, ofrece unas maravillosas vistas al río en muchas de sus 61 habitaciones. Los papeles pintados de sus paredes y las alfombras orientales coinciden con el ambiente histórico del edificio centenario, pero el restaurante de sushi (que se convierte en un club de cócteles por la noche) le da el toque moderno.

Lisboa

The Independente Hostel & Suites

El Independente Hostel & Suites no es el típico albergue. Sus habitaciones se encuentran en el palacio de un antiguo embajador, entre sus populares características se encuentran sus modernos muebles perfectamente colocados bajo sus techos ornamentados; en el salón compartido se puede disfrutar de noches de cine, música en directo, cenas para todos los huéspedes y literas diseñadas a medida en sus dormitorios compartidos. También dispone de habitaciones privadas con baño. Además, tiene dos restaurantes, el moderno Insólito en la azotea y el elegante Independente Suites & Terraces que se encuentra justo al lado del hotel.