Saint Jean Castle and Cathedral de la Major and the Vieux port in Marseille, France

Qué ver en Marsella

La ciudad portuaria de Marsella, en Francia, es la puerta de entrada a la Provenza y cuenta con innumerables cosas que ver y hacer, muchas de ellas en torno a la gastronomía.

by Nicola Williams

Levantada por los antiguos fenicios y tachada de oveja negra francesa durante décadas, la colorida ciudad portuaria de Marsella, en el sur de Francia, es hoy un sitio de moda.

Con una dinámica escena cultural, nuevos museos y una gastronomía diversa y movida que venera el sol y el mar mediterráneos, pocas cosas pueden salir mal de Marsella hoy en día. La tercera ciudad más grande de Francia, después de París y Lyon, y conocida tradicionalmente como el “patito feo” del país, ha florecido desde 2013, cuando recibió el honor de Ciudad Europea de la Cultura. Si nos adelantamos a los Juegos Olímpicos de 2024 que tendrán lugar en la capital francesa, y en los que Marsella (ahora la chica popular del instituto) acogerá las prestigiosas pruebas de vela, podemos decir que le esperan incluso mejores tiempos.

Marseille

El arte y la arquitectura visionarios colonizaron el alma carismática de la ciudad en la década de 1950 con La Cité Radieuse de Le Corbusier, un edificio de apartamentos futurista pero eminentemente funcional, que es hoy un icono del diseño. En cualquier otra ciudad, pasear por el arte al aire libre en la azotea de Le MAMO o bucear entre las esculturas del fondo marino en el Museo Subacuático se consideraría ecléctico. En Marsella no.

Consulta nuestras cosas favoritas que ver y hacer en Marsella y prepárate para una aventura francesa en la puerta de entrada a la Provenza.

Eat 

La escena gastronómica de Marsella está en auge, pues es emocionante y vanguardista. En el local gastronómico AM -elegido por Forbes a finales del año pasado como uno de los “lugares más chulos para comer en 2022”-, el chef de culto congoleño Alexandre Mazzia deslumbra con sabores extraordinarios. Sirven a tan solo 24 afortunados comensales desde su minúscula cocina con estrellas Michelin, que obtuvo una poco habitual tercera estrella en 2021 (la única en Francia que lo consiguió ese año). A unas pocas manzanas de distancia, en el mismo barrio residencial nada glamuroso, la chef Coline Faulquier, en Signature, seduce a sus clientes (de presupuesto más ajustado) con una inteligente opción de medias raciones y sensacionales menús de almuerzo, que reflejan a la perfección los productos de temporada de los mercados de Marsella. No es de extrañar que el año pasado obtuviera su primera estrella Michelin.

Los bulliciosos mercados callejeros y las tradicionales tiendas de barrio siempre han sido de suma importancia para los habitantes de esta ajetreada ciudad portuaria. Charlotte Crousillat se adelantó a los acontecimientos cuando hace tres años abrió Carlotta, un restaurante y épicerie (tienda de comestibles y delicatessen) vegana. Gracias a la pandemia, la épicerie se ha convertido en lo más novedoso desde que se inventó el pan de molde. En la Jogging Épicerie, de estilo patio y situada en la moderna tienda concept store del mismo nombre en la calle Paradis, los chefs invitados trabajan con agricultores y pescadores de la zona para preparar fantásticos almuerzos con productos sostenibles y siempre orgánicos. En el barrio hipster St-Victor, la popular épicerie orgánica Les Pissenlits de la rue Sainte surte ahora a su propio restaurante de delicatessen kilómetro cero, Roquette, en el número 102 de la misma calle. Sensacional es también la cocina de base del Tuba (y el gran valor de su propuesta), con mesas sobre las rocas en la aldea pesquera de Les Goudes.

Los cócteles con pastís y una versión atrevida de la tradicional bullabesa de Marsella (guiso de pescado) atraen a los clientes rápidamente en Splendido, una trattoria italiana contemporánea con ambiente fiestero inaugurada por el parisino Big Mamma en febrero de 2022. La ciudad también cuenta entre sus filas con el chef Ludovic Turac, del Une Table au Sud, un dinamizador formado en París al que ya seguimos en una gira por Marsella en 2020.

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Play 

Sumérgete directamente en el corazón y el alma de Marsella en el Vieux Port, el vibrante puerto antiguo donde la rica historia de la ciudad empezó con los comerciantes griegos en el año 600 a.C. Los pescadores venden sus capturas cada mañana en los muelles y los barcos transportan a los turistas hacia y desde las Îles du Frioul; las vistas de la ciudad desde estas islas merecen por sí solas el viaje. También puedes subir a la emblemática Basilique Notre Dame de la Garde para disfrutar de una espléndida panorámica de 360 grados a vista de pájaro.

Al norte del Vieux Port, la Marsella contemporánea cobra vida en el MUCEM (Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas), un hito arquitectónico de Rudy Ricciotti. Un poco más al norte, en la inquieta Joliette, los almacenes industriales del siglo XIX en los revitalizados muelles atraen a un público actual con boutiques de moda, galerías y el animado Le Mx-Musée Pernod Ricard, dedicado a la historia y la cultura del pastís, que es el aperitivo anisado característico de Marsella. Después, disfruta de una copa en el Food Club o vuelve hacia el MUCEM, para tomar algo en el excelente Bar sur la mer de Fort St-Jean, con una terraza que mira seductoramente al mar.

Cuando se ponga el sol, sigue a la multitud al oeste del Vieux Port hasta St-Victor, un barrio de moda cargado de locales para entretenerse al anochecer. Probar el aguardiente local en Pastis & Olives, un bar de pastís en la eléctrica rue Sainte, es todo un rito marsellés.

Stay 

Meininger Marseille Centre La Joliette

Este “nuevo vecino” de Marsella es un elegante hotel situado en el revitalizado barrio portuario de La Joliette, y cumple todos los requisitos: es elegante, funcional y maravillosamente asequible. El estudio de arquitectura Karawitz, con sede en París, ha diseñado un interior lleno de color y bañado por el sol mediterráneo: paletas marinas en ocre, oro y turquesa mezcladas con enormes pantallas de lámpara hechas con mimbre, motivos decorativos arabescos, exuberantes cactus y accesorios de madera pálida. Una cocina para los huéspedes permite a las familias combinar el comer fuera con una comida más casera. El enorme híbrido de bar y salón exige darse un descanso. Y casi nadie se aburre de su sala de juegos (con mesas de billar y futbolín) ni de su patio arbolado con pista de petanca. Las habitaciones, amplias y alegres, se adaptan a todo tipo de combinaciones, desde las individuales hasta las familiares, pasando por las compartidas.

Les Bords de Mer

Como un billete en primera clase para sumergirte por completo en el gran azul del Mediterráneo, Les Bords de Mer (Los Bordes del Mar) no podría tener un nombre más acertado. Aferrado de forma espectacular a la carretera de la costa, está a un tiro de piedra de la Plage des Catalans, donde podrás ver a jugadores de voleibol bien bronceados. Este hotel boutique promete unas vistas al mar de ensueño al despertarse en cualquiera de sus 19 habitaciones, cada una de las cuales tiene un balcón o una terraza con vistas al mar salpicado de islas. No te dejes engañar por la fachada Art Decó, impecablemente restaurada bajo la experta dirección del arquitecto marsellés Yvann Pluskwa. Los interiores minimalistas y más actuales se suavizan con blancos fríos y madera lavada, propios de un refugio costero de ultimísima generación. Los productos orgánicos de Ren Skincare, la piscina en la azotea, el spa y el restaurante de cocina mediterránea completan este conjunto intachable.

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