Lille: a charming university city in northern France. Credit: Shutterstock

Las mejores cosas que ver en Lille

Olvídate de París. Una escapada a la ciudad de Lille resultará mucho más ecológica y asequible

by The Window Seat

El abarrotamiento de ciudades como París o Venecia empujan a muchos viajeros hacia destinos un poco más desconocidos, que les ofrezcan un poco de paz. Una ciudad así sería Lille. A solo una hora en tren de un peso pesado del turismo como es París, esta urbe es una alternativa estupenda para escaparse a un sitio menos concurrido. Lo mejor de Lille es que además puede competir en belleza con cualquier capital.

Lille se ha estado transformando en los últimos tiempos, desarrollando una personalidad que se centra en la creatividad. En el año 2020 fue nombrada Capital Mundial del Diseño, la primera ciudad francesa que recibe este honor. Por otra parte, es la cuarta urbe más grande del país, con una arquitectura que entremezcla los estilos neoclásico y gótico, una cocina que une la gastronomía gala con la belga, y una población muy diversa (hay quien habla incluso de más de 100 nacionalidades diferentes). Es oficial: ahora es el momento de conocer Lille.

Lille

  

Dónde comer

Si quieres probar las recetas más deliciosas de Lille, apuesta por la Rue du Gand. Algunos de los mejores restaurantes de la ciudad se encuentran en esta famosa calle, muy cerca unos de otros e incluso ofreciendo platos similares. Por ejemplo, tanto Les Ptiots como Estaminet Chez la Vieille son conocidos por sus carbonnades flamandes, un estofado de ternera cocinada en cerveza, servido con pan de jengibre y azúcar moreno para dar un toque dulce. La palabra estaminet significa literalmente “el lugar”, y este restaurante flamenco está decorado con un estilo nostálgico, a la par que encantador. 

La Ducasse es otro de los estaminet que merece la pena probar durante tu visita a Lille. Tiene una atmósfera muy particular, decorado con maderas oscuras y pósters vintage. Una de sus mejores creaciones gastronómicas es el potjevleesch, un plato flamenco típico del norte de Francia y Bélgica. La carne se marina con cerveza o vino blanco, se sazona con especias y después se cocina en un molde de cerámica, llamado terrina. Luego se añade gelatina de vinagre para conseguir
la consistencia. 

Con respecto a los bares, el ambiente creativo de Lille parece favorecer a las boîtes de moda, como L’Illustration Café en la Rue Royale, lleno de piezas de art nouveau y con exposiciones de artistas locales. Lo suelen frecuentar músicos, escritores y pintores, que charlan mientras toman algo. Es un sitio ideal para leer un libro junto a una taza de café en pleno día, pero también para beberte una cerveza por la noche. 

Por último, tienes que hacer una parada en Méert para saborear la auténtica comida de Lille. Esta casa de gofres y salón de té es célebre por sus gofres de vainilla de Madagascar, que se elaboran desde 1677. Su reputación es casi mítica (son muchos los escritores y críticos gastronómicos que han perdido la cabeza con sus dulces horneados) y sus gofres son finos, a la vez que crujientes. También hacen chocolates y pasteles, todo ello en el interior de un edificio histórico con techos dorados y artesonados. Contempla los balcones de hierro forjado, tanto en el interior como en el exterior. La tienda se divide en tres áreas independientes: una para los gofres y los caramelos, otra para los pasteles, y una última que alberga el restaurante gourmet y el salón de té. Esta empresa se ha hecho tan popular que los propietarios han decidido expandir el negocio a otras ciudades, como París, Londres o Bruselas. 

Qué hacer

El casco antiguo de Lille es el espacio más recomendable para ir de compras. Los turistas acuden a tiendas como Momentum en la Rue des Molletes, para conseguir piezas de artesanía local. Este local muestra a los visitantes distintos trabajos artísticos, animando a entablar una conversación con el conservador para entenderlos mejor. Puedes comprar un bonito jarrón de cerámica, una escultura o incluso un mueble, si tienes cómo llevártelo a casa. 

Los amantes de los libros deben conocer los puestos de la Vieille Bourse, el antiguo edificio de la Bolsa convertido hoy en un centro cultural. Hay varios bouquinistes (libreros) que llevan aquí desde los años 80, vendiendo libros, cómics y carteles de películas. 

El Palacio de Bellas Artes abrió sus puertas en 1892, como el museo oficial de Lille. En su interior alberga una de las mayores colecciones artísticas de Francia, muy bien considerada por las obras que abarcan entre los siglos XV y XX firmadas por Rembrandt, Goya o Manet. Explora sus largas galerías de antigüedades, escultura y cerámica. 

Si estás buscando un poco de relax, puedes dirigirte al Jardín Vaubam. Aquí acude la gente desde 1863, un precioso jardín inglés de más de 3.000 metros cuadrados con zonas verdes, llamativas grutas, cascadas y una flora muy variada. Recorre sus agradables senderos y encuentra por el camino estatuas dedicadas al poeta simbolista Albert Samain o a Charles de Gaulle. 

Dónde dormir

Clarance Hotel

Este hotel, imponente y moderno, cuenta con un cuidado diseño minimalista y una buena dosis de extravagancia. Aunque se trate de un hotel boutique de cinco estrellas con un restaurante con estrella Michelin, el Clarance es uno de los alojamientos más asequibles de Lille. Ocupa una casa del siglo XVIII, alberga una biblioteca con estanterías de madera y un alegre jardín. A la entrada te recibirá una elegante escalera sobre la que cuelga en forma de cascada una lámpara. El mobiliario combina a la perfección con el papel pintado. Los huéspedes tienen la posibilidad de alquilar bicicletas gratis, para recorrer los alrededores y llegar hasta Rue Royale, donde comer algo. 

L’Hermitage Gantois

Este fue el primer hotel de cinco estrellas en la ciudad, pero sus tarifas no son para nada elevadas. El exterior está dominado por un tejado de estilo flamenco, mientras que un techo de cristal adorna el interior del bar y las obras de arte moderno animan los pasillos. El hotel se encuentra en una zona tranquila de la Rue de Paris, a pocos minutos de la Grand Place y el Palacio de Bellas Artes. Cuenta con un restaurante, un spa, una piscina cubierta, una sauna y un pequeño museo. También hay una capilla y un apacible patio donde podrás relajarte. 

Lille

Why Hotel by Best Western

Una opción más desenfadada en Lille puede ser el Why Hotel by Best Western, situado muy cerca de la Oficina de Turismo y a pocos minutos del área comercial de Rue Bethune. La mesa de recepción está hecha con muebles de cocina de los años 50 y un viejo baúl hace las veces de nevera, para conservar frío el champán. Esta temática tan pintoresca también está presente en la arquitectura del edificio, con ventanas ovaladas que parecen un panal. Si te alojas aquí podrás sacar un recuerdo en la cabina de fotos del vestíbulo, además de hacer un poco de ejercicio en su gimnasio 24 horas.