La poco conocida ciudad francesa de Dijon merece una visita. Su escena gastronómica está adelantando a sus grandes y más conocidos rivales. Toda esta exquisitez que viene de la Borgoña – además de algunos de los mejores vinos franceses – acaba en los restaurantes, cafés, tiendas y mercados de comida de Dijon.
El atractivo cultural y arquitectónico es simplemente abrumador. Al pasear por el centro histórico de Dijon te encontrarás con docenas de hôtels particuliers – elegantes casas urbanas construidas para la nobleza entre los siglos XV y XVIII. Son el preámbulo del Palacio de los Duques y Estados de Borgoña, antiguo palacio de los duques de Borgoña. Este inmenso edificio es lo suficientemente fascinante incluso sin la admirable Place de la Libération de enfrente.
Dirígete a la iglesia de Notre Dame, del siglo XIII, sus fantásticas y grotescas gárgolas de mirada maliciosa son una maravilla. Observa las lechuzas de latón incrustadas en las aceras y sigue el Camino de la Lechuza por todo el centro de la ciudad. En la Rue de la Chouette (calle de la Lechuza) encontrarás una muy bonita. Haz lo mismo que los dijoneses y frótala – siempre con la mano izquierda –, da buena suerte. Pasea por esta calle y rodéate de las preciosas casas medievales con entramado de madera. Hay muchísimas cosas que ver y hacer en Dijon durante una escapada.
Dónde comer
Empieza tu ruta culinaria por Les Halles, un mercado del siglo XIX en el centro de la ciudad. Acércate al delicatesen Le Gourmet y date un capricho de caracoles rellenos de crema de perejil con ajo o una tarrina de pato con kir.
Les Halles es el principal mercado de alimentos de la ciudad, con productos de la región.
Foto: Adam BatterbeeEn Le Gourmet, en Les Halles encontrarás caracoles con ajo y otras delicias regionales.
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Echa un ojo a la carne charolais cuyo rico sabor es perfecto para ternera a la borgoñesa, el guiso por excelencia de la región. Para más autenticidad, pide un reconfortante bol en el Café Gourmand en la Place de la Libération. Para tu dosis de queso, déjate caer por Les Trois Bures, un agradable restaurante detrás del mercado que se especializa en platos de queso con variedades locales.
Si tu presupuesto da para más, regálate una comida en Loiseau des Ducs, un restaurante con una estrella Michelin creado por la viuda del chef Bernard Loiseau.
Dijon es famosa por su queso, incluyendo las époisses.
Foto: Adam BatterbeeEl Pain d’épices, alias pan de jengibre, es una tradición local, especialmente durante las fiestas.
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Visita Edmond Fallot Moutarderie y descubre uno de los verdaderos sabores de Dijon. Al final de la tienda en el Bar à Moutardes podrás hacer una cata de mostaza y ver cómo puede cambiar este condimento al añadir albahaca, estragón y nueces.
Dijon también tiene un lado dulce y picante por ser la cuna del aromático y francés pain d’épices — pan de jengibre. Entra en la preciosa tienda Mulot & Petijean y huele las esencias del clavo, jengibre, nuez moscada y canela.
En esta ciudad universitaria tan llena de vida, no hay escasez de bares animados. Ve a la rue Jean Jacques Rousseau donde se encuentra L’Absintherie, un bar de absenta que también tiene cerveza, vino y embutidos.
El centro cultural de Dijon tiene casas de madera.
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Qué hacer
La Torre Philippe le Bon te eleva por encima del Palacio de los Duques y Estados de Borgoña. Sube sus 316 escalones y obtendrás unas vistas panorámicas de Dijon, quizá también llegues a ver el Mont Blanc, la montaña más alta de Francia.
De vuelta a la tierra, dirígete a la entrada del palacio para visitar el museo de Bellas Artes, que es uno de los museos más grandes de arte regional en Francia. Disfruta tranquilamente de sus 130.000 piezas de arte desde la Edad Media al Renacimiento hasta nuestro tiempo.
La catedral es una maravilla gótica.
Foto: ShutterstockEl Musée des Beaux-Arts es uno de los mejores de Francia.
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Si combinamos la historia y el amor por la comida, podemos entender la historia de cómo el pain d’épices se convirtió en una parte indispensable de la cocina francesa. La Fábrica de Pan de Jengibre es la fábrica y museo de Mulot & Petijean cuya visita acaba con la degustación de algunas de sus tartas de jengibre.
Dónde dormir
Grand Hotel la Cloche
El Grand Hotel la Cloche de cuatro estrellas está en un precioso edificio del siglo XIX que da a la plaza y jardines Darcy. El diseño es contemporáneo y a la vez cálido y acogedor, un bar elegante que combina con su excelente restaurante y jardines de diseño paisajista. Adéntrate en el sótano abovedado para relajarte en su spa con piscina climatizada de inmersión, sauna y sala de vapor.
El Grand Hotel La Cloche tiene un completo spa.
Foto: Booking.comLas habitaciones son contemporáneas pero cálidas y acogedoras.
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Hotel des Ducs
No hay hotel más céntrico que el Hotel des Ducs, que está a la vuelta de la esquina del museo de Bellas Artes. Las distinguidas y modernas habitaciones tienen balcón, y el edificio adjunto cuenta con apartamentos con cocina. El hotel también tiene elegantes habitaciones en la Maison des Ducs, del siglo XV, y atractivas suites en la Résidence des Ducs.
El Hotel des Ducs es una delicia de boutique.
Foto: Booking.comLas habitaciones tienen chispas de color y servicios modernos.
Foto: Adam Batterbee