The City of Arts and Sciences complex is the modern-day symbol of Valencia as well as one of the 12 Treasures of Spain. Credit: Zebbache Djoubair/Unsplash

Las mejores cosas que ver en Valencia

En esta ciudad portuaria sin turismo masivo se mezclan lo tradicional y lo vanguardista

by Brandon Hartley

A menudo se pasa Valencia por alto y los viajeros se decantan más por las grandes ciudades de Madrid o Barcelona, algo que puede suponer una ventaja. Durante las dos últimas décadas, está encantadora ciudad de la costa del sudeste español se ha convertido en un punto de encuentro sofisticado, sin perder nunca su esencia local. Este es el motivo de que sea un destino idóneo para una escapada. 

Las calles empedradas del casco antiguo, una urbe amurallada en época romana, te transportan de inmediato al pasado. Aquí encontrarás uno de los mejores museos de arte del país. Como contraste futurista, Valencia tiene el vasto complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que alberga el acuario más grande de Europa, un museo de ciencias y un teatro. Las callejuelas pintorescas del antiguo barrio de los pescadores se extienden hasta la playa de arena dorada. Valencia disfruta del sol la mayor parte del año, con poca temporada de lluvia y unos inviernos suaves, convirtiéndolo en un destino perfecto para cualquier temporada. 

Valencia
Las mejores cosas que ver en Valencia
Sumérgete de lleno en el entorno valenciano.
Foto: Shutterstock 

Dónde comer

Probar una exquisita paella valenciana es una de las experiencias obligatorias. Esta receta es la quintaesencia de la gastronomía española, que nació en los campos de arroz que rodean la ciudad. No habrá menú ni restaurante en el que no la encuentres, aunque los lugareños tienen sus propias normas sobre cómo tiene que ser una paella auténtica, que no puede mezclar pollo y marisco. 

Elige una paella hecha con conejo, pollo y judías (además de caracoles, si quieres); o bien una de marisco, que normalmente lleva gambas, mejillones, calamares y almejas. La tradición dicta que este plato hay que comérselo frente al mar, mejor a la hora del almuerzo. Te recomendamos que acudas a alguno de los restaurantes que hay en la playa de la Malvarrosa. La Pepica, por ejemplo, era uno de los establecimientos favoritos de Ernest Hemingway (la leyenda dice que él mismo solía mezclar su sangría en la cocina), y la primera paella vegetariana se sirvió aquí para la reina Sofía. 

Otra de las especialidades de Valencia es la horchata, una bebida dulce y refrescante hecha a base de chufas, que se acompaña normalmente de fartons (unos dulces en forma de dedo espolvoreados con azúcar). Tómate una en la Horchatería Santa Catalina, un local lleno de tradición cerca del Mercado Central. Si no te gusta, también puedes probar el chocolate con churros. 

Hablando del Mercado Central, en su sitio que merece una visita. Se sitúa en un bello edificio modernista decorado con vidrieras, azulejos y columnas de hierro, donde los valencianos hacen su compra diaria. En el interior hay un único espacio para comer, será una suerte si consigues un taburete para probar su carta. Se trata del Central Bar, propiedad del chef Ricard Camarena (uno de sus cuatro restaurantes tiene dos estrellas Michelin), que sirve tapas y sándwiches gourmet hechos con los ingredientes más frescos del mercado. 

Las tapas también tienen una presencia importante en la ciudad. Las calles estrechas de El Cabanyal, el antiguo barrio de pescadores junto al puerto, está salpicado de casas con coloridos azulejos estilo art nouveau y bares de tapas clásicos. Casa Montaña es uno de los más veteranos de Valencia y sin duda una de las mejores alternativas. Después puedes dirigirte a la playa para dar un paseo o descansar un rato. 

El Barrio bohemio de Russafa es el lugar más recomendable para encontrar comida vegetariana o vegana. El menú del día en el sofisticado Restaurante Copenhague tiene unos precios increíbles, incluyendo postre o café y pan artesano. 

Qué hacer

El casco antiguo de Valencia se recorre mejor a pie. La Catedral de Valencia (construida en el emplazamiento de un templo romano y, posteriormente, de una mezquita) es una fastuosa mezcla de estilos gótico, renacentista y barroco, y se dice que es el lugar donde descansa el Santo Grial, el ornamentado cáliz de piedra utilizado por Cristo en la Última Cena. No te pierdas el fresco de los ángeles tocando instrumentos detrás del altar mayor. Terminado en 1481, destaca por ser uno de los primeros ejemplos de arte renacentista italiano importado a España, y estuvo oculto tras un falso techo en la cúpula de la catedral durante más de 300 años antes de ser descubierto en 2004. Merece la pena subir los 207 escalones de la torre del Miguelete, que fue un minarete en tiempos de los árabes, para disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad.

El Palacio del Marqués de dos Aguas es un sorprendente ejemplo de arquitectura barroca, y aunque las tallas de alabastro que flanquean la entrada principal son muy llamativas, los interiores son igualmente extravagantes, con magníficos techos pintados, lámparas de araña y mobiliario ornamentado; incluso hay una colección de carruajes antiguos en la planta baja. El Museo de la Cerámica, situado en el piso superior, tiene una exposición de platos de porcelana y azulejos pintados de Valencia y de todo el mundo; también cuenta con un par de piezas de Picasso. Si buscas recuerdos de cerámica de calidad, vete a Artesanía Yuste, situada cerca de la Catedral.

Frente al Mercado Central está la Lonja de la Seda, que se construyó a finales del siglo XV para albergar la bolsa de la seda de la ciudad y como símbolo de riqueza y poder. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su impresionante arquitectura gótica civil.

El Museo de Bellas Artes de Valencia (Museu de Belles Arts de València), la segunda pinacoteca más grande de España, se encuentra en un antiguo convento del siglo XVII. El museo tiene una gran colección del artista valenciano Joaquín Sorolla (1863-1923), uno de los más conocidos del país. También cuenta con pinturas de Bartolomé Esteban Murillo, El Greco, Diego Velázquez y Francisco Goya. El IVAM (Institut Valencià d’Art Modern) es un importante centro de arte moderno y contemporáneo tanto en España como en Europa y alberga una colección permanente de la obra del escultor catalán Julio González (1876-1942). Está en un convento del siglo XIII que da a los Jardines del Turia, un parque urbano que se extiende a lo largo del cauce de un río que antaño atravesaba la ciudad pero que fue desviado en 1957 tras unas catastróficas inundaciones.

En el extremo occidental del Turia se encuentra el Valencia Bioparc, un zoológico de nueva generación que sumerge a los visitantes en el hábitat natural de los animales en lugar de utilizar jaulas y recintos tradicionales. Cuatro áreas principales representan los diferentes ecosistemas africanos (sabana seca, humedales, Madagascar y África Ecuatorial) y entre los animales residentes se encuentran leones, gorilas y lémures.

Al este se encuentra la emblemática Ciudad de las Artes y las Ciencias, diseñada principalmente por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava y compuesta por una serie de llamativas estructuras futuristas. L’Hemisfèric fue el primer edificio que se completó y se parece a un ojo gigante, que simboliza las proyecciones audiovisuales que se encuentran en el planetario y el teatro IMAX del interior. El majestuoso Palau de les Arts Reina Sofía acoge teatro, danza, ópera y conciertos de música en cuatro salas distintas y L’Umbracle es un paseo ajardinado con especies vegetales autóctonas y esculturas contemporáneas.

El Museu de les Ciències Príncipe Felipe es un museo de ciencias con un exterior que se asemeja al esqueleto de una ballena y cuenta con exposiciones interactivas en cuatro plantas, incluido un “Bosque de Cromosomas”, que explica muy bien cómo funciona el ADN. También hay, de forma algo aleatoria, una cancha de baloncesto donde entrenan equipos locales. L’Oceanogràfic fue diseñado por Félix Candela en lugar de Calatrava, y es el mayor acuario de Europa. Construido en forma de nenúfar, el complejo tiene edificios separados que representan diferentes hábitats marinos con más de 500 especies de animales, desde tiburones, delfines y belugas hasta aves, reptiles e invertebrados.

Valencia también alberga algunas de las mejores obras de arte callejero del mundo, y una ruta de 10 km a lo largo de los Jardines del Turia llamada “Abstracte, un río de arte” cuenta con murales de una mezcla de artistas locales e internacionales. Sin embargo, los mejores ejemplos de arte urbano se encuentran en el barrio de El Carmen. Aquí se pueden encontrar obras de los notables locales Hyuro, David de Limón, y Escif, apodado el “Banksy español” por sus composiciones políticamente provocativas. También podrás ver una representación de Moisés del artista italiano Blu en la Plaza Tossal, en la que se dice que es la pared más instagrameable en Valencia. Una visita guiada es la mejor manera de conocer esta escena en constante evolución.

¿Necesitas un descanso? La playa más cercana al centro de la ciudad es Las Arenas, que comienza en el puerto deportivo y se funde con la playa de la Malvarrosa al norte, y se puede llegar desde el centro de la ciudad en autobús o en taxi. El paseo marítimo flanqueado por palmeras está repleto de bares y restaurantes, y de discotecas al aire libre que están abiertas toda la noche en verano.

Si prefieres las playas un poco más tranquilas, El Saler, a 13 kilómetros al sur de Valencia en el Parque Nacional de la Albufera, es una playa virgen y protegida del viento por dunas y pinos. Se puede coger un autobús desde el centro de la ciudad y el viaje dura unos 45 minutos. Las lagunas, los bosques, las playas de dunas y los arrozales de la Albufera albergan una gran variedad de fauna y flora, y pueden explorarse a pie, en bicicleta o en barco; también hay un autobús turístico que incluye un paseo en barco. La paella se originó aquí y siempre está en el menú de los restaurantes de El Saler y El Palmar, al borde de la albufera.

Si puedes, visita Valencia en marzo y haz coincidir tu estancia con una fiesta salvaje e increíble. Las Fallas nacieron como una celebración del patrón de los carpinteros, San José (se dice que los carpinteros de la ciudad quemaban madera para celebrar el comienzo de la primavera), y han evolucionado hasta convertirse en una espectacular fiesta de la pólvora y el fuego. Los festejos comienzan el 1 de marzo con la explosión de petardos, conocidos como mascletà, que se lanzan en la plaza principal de la ciudad cada tarde. Los fuegos artificiales tienen lugar cada noche, siendo los más espectaculares los de la penúltima.

La parte principal de la fiesta tiene lugar entre el 15 y el 19 de marzo, cuando cientos de gigantescas esculturas de papel maché, conocidas como ninots, desfilan por la ciudad antes de ser quemadas en una épica hoguera a medianoche la última noche. Tradicionalmente, cada año se salvan dos ninots por votación popular, así que, si no puedes acudir a la fiesta propiamente dicha, podrás verlos en el Museo de las Fallas. 

La colección de ninots del museo se remonta a 1934 y otras exposiciones incluyen fotografías, carteles y filmaciones.

Otros momentos destacados de la fiesta son la Ofrenda de Flores, en la que una procesión de gente del pueblo con la vestimenta tradicional, acompañada de una banda de música, deposita flores delante de una estatua de la Virgen María en la Plaza de la Virgen, junto a la Catedral. Entre los platos que se consumen en estas fechas se encuentran, naturalmente, la paella (en el concurso de cocina previo a la fiesta participan más de 500 personas) y los buñuelos, una rosquilla de calabaza frita o de boniato. Este puede ser un buen momento para probar el Aigua de València, un cóctel tradicional local que consiste en una potente mezcla de zumo de naranja, ginebra, vodka y cava. 

Dónde dormir

Hotel One Shot Colón 46

Es bastante fácil encontrar un alojamiento con un buen precio que a la vez tenga estilo. El moderno Hotel One Shot Colón 46 cuenta con una ubicación fabulosa en una de las principales calles comerciales, la Calle Colón. Si vienes desde el aeropuerto, tienes la estación de metro de Colón a pocos metros. Los pasillos de este establecimiento están decorados con obras de arte de artistas locales. Las habitaciones no son muy amplias, pero están muy bien aprovechadas. Además, las del último piso tienen balcones con vistas a la calle. El desayuno bufé tiene un cargo extra y es muy completo, con fruta fresca, pasteles, queso, jamón o huevos. 

Valencia

Hostal Antigua Morellana

Otra de las joyas del casco antiguo es este alojamiento dirigido por cuatro hermanas, situado en una casa del siglo XVIII con un ambiente confortable y hogareño. Las habitaciones presentan muebles de época, sábanas de flores y ventanas que llegan desde el techo hasta el suelo. Aunque no ofrecen desayuno, en las calles de alrededor hay muchos cafés.